A menos de
una semana del día de la restauración oficial de las relaciones Estados
Unidos-Cuba este 20 de julio, el largo camino hacia la normalización comienza
realmente. Los que en el Congreso continúan bloqueando los esfuerzos para la
normalización se han relegado a sí mismos a una insostenible estrategia de
obstinación, rencor y sabotaje que los coloca en el lado equivocado de la
historia. Los Estados Unidos y Cuba restaurarán, normalizarán y finalmente reconciliarán
sus relaciones, dejando atrás más de 50 años de resentimiento para enfocarse en
un futuro de respeto y cooperación mutua, aunque en medio ambas partes tendrán
que lidiar con algunas serias diferencias.
Políticamente,
el Congreso continuará reflejando las fuerzas pro-embargo aunque sus días estén
contados, ya que sus intereses no representan verdaderamente a la mayoría de
los americanos, ni siquiera a los cubanoamericanos. El objetivo de las fuerzas
de normalización debe ser unirse para hablar con una sola voz y convertirse en
un factor decisivo en la política electoral. Tan pronto como un miembro del
Congreso pierda su silla, en parte, por su posición intransigente en el
mantenimiento de nuestra fracasada política de embargo y restricción con Cuba, la pared pro-embargo mantenida por el
Congreso, finalmente colapsará.
Todos los
caminos de la normalización conducirán a Guantánamo
El diálogo en curso irá evolucionando
hacia siguientes niveles de negociación, cada vez más altos. ¿Cómo Cuba va a satisfacer
las reclamaciones pendientes de los Estados Unidos contra la expropiación de
propiedades? ¿Cómo Estados Unidos va a satisfacer a su vez las reclamaciones
históricas de Cuba? Ahí está el imperativo de Guantánamo. Cualquier persona con
una demanda contra el gobierno de Cuba por los bienes expropiados tiene un
verdadero problema por delante. Cuba no tiene el capital para cubrir esas
demandas después de más de 50 años de aislamiento y las ineficiencias de su economía.
Del mismo modo, si usted tiene una demanda contra el gobierno de Cuba ¿qué tipo
de poder de negociación tendrá realmente cuando de un lado se trata de un
gobierno extranjero y del otro lado negocia un ciudadano privado o una entidad?
Llegado a este punto, hablemos de Guantánamo.
Los Estados
Unidos ha operado la Base Naval de Guantánamo desde 1903 cuando obtuvo el
contrato de arrendamiento anual de $ 4,085.00 después de hacer a Cuba “una
oferta que no podían rechazar” –o entregaban la base o invadíamos toda la isla.
Esa fue esencialmente la elección que enfrentaba Cuba en ese momento de la
historia. Como una isla-nación que luchaba por su independencia y soberanía
total bajo los principios establecidos por José Martí, no pudieron rechazar la
oferta: o aceptaban nuestra arrogancia o aceptaban otra invasión militar
después de los españoles. Seamos honestos acerca de la Base Naval de
Guantánamo. En ningún otro lugar del mundo podríamos haber conseguido tal
acuerdo. ¿Quién paga $ 4,085.00 dólares por un alquiler anual de 45 millas
cuadradas de tierra? ¿Estamos pagando el valor justo de mercado de la tierra
que alquilamos en Cuba? ¿Alguna vez lo hicimos? Si tenemos en cuenta lo que
pagamos para mantener a nuestros militares en instalaciones extranjeras que
actualmente asciende a una cifra superior a 265 mil millones de dólares; usted
tiene que preguntarse ¿cuánto realmente vale la Base Naval de Guantánamo en
términos de renta? La respuesta es miles de millones de dólares. De igual
forma, incluso si usted piensa por un momento que el tratado que suscribió el
acuerdo era legítimo y moral, debería preguntarse ¿qué sucede cuando se viola
un término o condición de un contrato de arrendamiento? Por lo general, significa que el
contrato de arrendamiento se cancela. Nuestro tratado con Cuba especifica que
la tierra sería utilizada como una estación de “carboneras o navales”. ¿Qué pasó cuando
pusimos combatientes enemigos e hicimos de Guantánamo una prisión para terroristas durante la
administración presidencial de George W. Bush? ¿Hemos violado los términos de
nuestro contrato de arrendamiento? Estas son preguntas desconcertantes, que
vamos a tener que enfrentar en algún momento como parte del contexto de la
normalización. Se trata de una cuestión que incluso trasciende las diferencias
políticas e ideológicas entre Estados Unidos y Cuba. Es una cuestión de derecho
internacional y diplomacia en torno a qué tipo de relación vamos a definir en
este hemisferio entre los Estados Unidos y nuestros vecinos en el siglo 21.
¿Vamos a ser un negociador justo y liderar con el ejemplo, o haremos que la doctrina
Monroe se extienda más allá del siglo 21? El mundo y en especial, nuestros
vecinos de América Latina están vigilando.
¿La solución? ¿Por qué no satisfacer las demandas tanto de los Estados
Unidos y Cuba a través de una resolución basada en Guantánamo? Se vería a los
Estados Unidos comprando y pagando todos los reclamos en contra de Cuba por
propiedades expropiadas y a cambio Cuba dejando caer todas sus reclamaciones
contra los Estados Unidos sobre el arrendamiento de Guantánamo y estableciendo una
fecha determinada en el futuro, por ejemplo en 10 años para el regreso formal
de la base al gobierno y al pueblo cubanos en el momento fijado. El valor
de esas reclamaciones en el rango de $ 6-8 millones de dólares, más lo que
habríamos pagado a Cuba en el alquiler justo de mercado de más de cinco
décadas. Si tenemos en cuenta que los EE.UU. gasta $ 265 mil millones más para
nuestras instalaciones militares en el extranjero, una vez 8 mil millones en
gasto es relativamente nominal del tres porciento de ese presupuesto. Los
reclamos de Estados Unidos pueden ser pagados por el Tesoro de Estados Unidos o
en la forma de un crédito de impuesto sobre la renta federal que los
demandantes podrían utilizar para pagar sus impuestos anuales. Ambas naciones
podrían optar por imponer un impuesto de dos centavos en cada transacción
relacionada con los Estados Unidos y Cuba recuperaría sus costos en un período
de una o dos décadas. Cualquier prisionero restante en Guantánamo puede ser
trasladado a una instalación militar mucho más lejos de tierra americana. El
presidente Obama también llegaría a cumplir la promesa que hizo en su campaña,
de cerrar Guantánamo. Esta es una manera de cómo se podría lograr transformar
la relación entre Estados Unidos y Cuba, y la de Estados Unidos y América
Latina en una amplia redada.
-Antonio C. Martinez II.
[Articulo publicado en Ingles el 14 de Julio y traducido al Espanol aca con gratitud a ellos quien ayudaron hacer la traduccion al Espanol]
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